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 Claro, aquí te dejo una historia corta que acabo de escribir:


Había una vez un pequeño ratón llamado Timoteo, que vivía en un agujero en la pared de una casa. Timoteo era un ratón muy curioso y siempre estaba explorando su entorno en busca de nuevas aventuras.


Un día, mientras buscaba comida en la despensa, Timoteo encontró una llave dorada. Él no sabía para qué servía, pero decidió guardarla en su agujero.


Al día siguiente, Timoteo escuchó a los humanos de la casa hablando sobre un tesoro escondido en el ático. Él recordó la llave dorada que había encontrado y decidió ir a investigar.


Con mucho cuidado, Timoteo subió las escaleras hasta el ático y encontró una vieja caja de madera. Él probó la llave dorada en la cerradura y, para su sorpresa, ¡la caja se abrió!


Dentro de la caja había monedas de oro y joyas brillantes. Timoteo estaba tan emocionado que no sabía qué hacer. Finalmente, decidió compartir su hallazgo con los demás ratones de la casa.


Desde ese día, Timoteo y sus amigos vivieron felices y sin preocupaciones, gracias al tesoro que habían encontrado en el ático.

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