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Juan que tenía 10 años y era un gran fanático del fútbol. Juan jugaba en un equipo local y su sueño era convertirse en el arquero titular del equipo. Sin embargo, el técnico del equipo no confiaba en él porque era el más chico del equipo y pensaba que no estaba listo para jugar en partidos importantes.

Juan no se rindió y siguió entrenando duro todos los días. Practicaba en su casa, en el parque y en la cancha del equipo. Siempre estaba listo para demostrar su habilidad y su pasión por el fútbol.

Un día, el equipo tuvo un partido importante contra su rival más fuerte. El arquero titular se lesionó y el técnico no tuvo más opción que poner a Juan en su lugar. Juan estaba nervioso pero emocionado al mismo tiempo. Sabía que esta era su oportunidad de demostrar que era capaz de ser el arquero titular del equipo.

El partido comenzó y el equipo rival atacaba con fuerza. Juan estaba en su mejor momento y logró detener todos los tiros a gol. El equipo de Juan comenzó a ganar y la confianza de Juan creció con cada minuto que pasaba.

Finalmente, el partido terminó y el equipo de Juan ganó gracias a sus increíbles habilidades como arquero. Juan se convirtió en la figura del partido y todos los jugadores y el técnico del equipo lo felicitaron por su gran actuación.

Juan estaba muy feliz y emocionado. Corrió hacia su mamá, quien siempre lo había apoyado en su sueño de convertirse en el arquero titular del equipo. Juntos, celebraron la victoria y el éxito de Juan.

Desde ese día, Juan se convirtió en el arquero titular del equipo y todos los jugadores y el técnico confiaban en él. Juan aprendió que nunca debía rendirse en sus sueños y que siempre debía trabajar duro para alcanzar sus metas.

continuara...

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